¡Ponte los zapatos! Ésta es mi frase... La puedo repetir a lo largo del día infinidad de veces sin que surja mucho efecto, la verdad. Y es que a bebés y niños les encanta ir descalzos... y más ahora, en verano, que van por casa correteando semidesnudos.
Los bebés que aún no caminan, se sienten felices observando y explorando sus pequeños piececitos, y así pueden pasarse largos ratos... ¿Por qué será?
No hace mucho, cayó en mis manos un estudio que afirma que el estímulo sensorial del bebé a través de sus pies descalzos, es un factor importante que acelera su proceso de maduración, así como su desarrollo intelectual y propioceptivo. Parece ser que la mayoría de padres, tenemos la tendencia a poner calzado a los bebés demasiado temprano, aún cuando el bebé no camina. De hecho, los zapatos que les ponemos a los bebés que aún no caminan, tienen la única función de proteger los pies del frío. Además, el uso de un calzado inadecuado, puede dar lugar a ciertas problemáticas en un futuro.
Hay que tener en cuenta que los pies de los bebés de hasta 8 o 9 meses, tienen una sensibilidad mucho más fina que la que tienen en las manos, y además cumple con una importante función. Los bebés, al tocar, manipular y llevarse a la boca los pies están recibiendo mucha información del entorno que les rodea. También aprenden a percibir cuál es el movimiento y posición de sus pies en relación al espacio. Por este motivo, que los bebés estén descalzos, favorece la maduración de sus habilidades motoras, y al ponerles los zapatos, les estamos privando de toda esta información.
Durante los dos primeros años de vida del bebé, tiene lugar la etapa sensomotriz, en la que bebés y niños pequeños aprenden a organizar la información sensorial. Y es por ello que la manipulación y el movimiento son tan importantes, fundamentales para el desarrollo de la inteligencia.
Así mismo, el hecho de poder apoyar los pies descalzos sobre diversas superficies, favorece el desarrollo muscular y la formación del arco plantar. Eso sí, es importante tener en cuenta que no todas las superficies son buenas para que el bebé vaya descalzo, por peligro a que pueda clavarse algo.
4 Razones por las que tu bebé debe ir descalzo
Mejora del equilibrio y de la estabilidad
Los pies desnudos dotan de mayor libertad a los dedos de los pies para abrirse cuando el bebé necesita de una mayor estabilidad y equilibrio. Con el uso de zapatos, éstos se ven limitados.
Musculatura más fuerte
Los pies descalzos contribuyen al fortalecimiento de la musculatura general del pie y del tobillo. Además, previene los pies planos al estimular la formación correcta del arco plantar.
Mayor conocimiento y autoconocimiento
Un bebé descalzo tendrá un mayor conocimiento del entorno que le rodea, como la rugosidad de las superficies, la temperatura, o los materiales, entre otros. Así mismo, también les ayuda a conocer mejor su cuerpo.
Prevención de infecciones por hongos
Esto es debido a que los pies descalzos, especialmente en verano, sudan menos y transpiran mejor.
En definitiva, un bebé sin zapatos tiene mayor libertad para tocar, sentir y percibir. Se siente libre y feliz, y por ello, quizás, cuando ya tienen un mayor control de su cuerpo, se quitan los zapatos de forma continua. Para los niños, los zapatos representan los límites que les privan de libertad y es normal que rápidamente aprendan a quitárselos.
