Muchos padres queremos conseguir disfrutar de unas fiestas especiales junto a nuestros hijos. ¿Qué podemos hacer para que las vivan intensamente, las gocen y las guarden para siempre en sus mentes como un hermoso recuerdo?. Pero, en muchas ocasiones, no tenemos en cuenta en cómo pueden afectar los excesos de estas fiestas en nuestros hijos.
Es una época de vacaciones, para compartir en familia y para darle valor a quién se tiene al lado, esas personas a las que se quiere y que nos quieren.
Reuniones Familiares
La Navidad, el momento del año en que se producen más reuniones familiares. Abuelos, tíos, primos, sobrinos... para niños y mayores es el momento de disfrutar y estrechar lazos con la familia mientras disfrutamos de la cena de Navidad o esperamos a los regalos de Papá Noel.
Es la época de reunirse alrededor de una mesa, compartir cenas opíparas y comer y comer y comer, casi sin parar. Del cordero a los turrones, todo está rico, pero hay que ir con cuidado, sobre todo con los niños.
Para los niños, estas fiestas navideñas suponen muchos momentos de magia y fantasía, pero también les produce ansiedad si no saben asumir todos los cambios que hay estos días. Como padres debemos de ayudarles y no saturarles.
Si vais a hacer muchas visitas a casas donde se ofrecen muchos dulces, informad a vuestros familiares o amigos de que no quieres que tus hijos coman demasiado. Ser amable pero firme es lo mejor.
Intentar que las reuniones familiares no les produzcan muchos cambios en su rutina. Si son pequeños hay que intentar seguir su rutina para no estresarles.
Después de una reunión familiar intenta que el día siguiente sea tranquilo, juegos en casa, algún paseo, cine, etc.
Cenas y sobremesas interminables
En las cenas y sobremesas en familia, no debes de olvidarte de tus pequeños, dedícales tiempo, levántate de la mesa y juega un rato con ellos.
Para los niños, los dulces navideños no pasan desapercibidos, pero estos son más listos y los atracones los hacen a escondidas y, cuando nos damos cuenta, ya están enfermos con alguna gastroenteritis, cólico, gastritis o alguna enfermedad estomacal.
Son alimentos altos en azúcares que hacen que sean más adictos a ellos. Además, son productos que se comen solo en estas fechas por lo que la gula se incrementa aún más ya que desaparecerán pasadas las navidades.
Exceso de Regalos
Es necesario que los padres pongan límites al número de regalos que hacen a sus hijos, teniendo en cuenta lo que es necesario, coherente y prioritario. Los padres españoles regalan 8 regalos de media enNavidad a sus hijos, motivados por las exigencias de los menores, por el efecto que crea la publicidad y por el deseo de compensar a sus hijos el poco tiempo que pasan con ellos debido a la extensa jornada laboral. Incluso otras veces el objetivo de los padres es mostrar cierto nivel adquisitivo o prestigio social por medio de los regalos que hacen a sus niños.
Numerosos son los padres que optan por suplir su presencia en casa con un sinfín de regalos para sus hijos. Pero, por mucho que les gusten esos presentes, nada puede cubrir el cariño, el amor y el respaldo de un progenitor. Es el instante ideal para poder compartir muchas horas con los hijos, ya sea simplemente hablando como jugando o saliendo a dar un paseo. Lo importante es estar unidos y poder estrechar los vínculos afectivos que se tienen.
Los regalos deben de estar limitados para los niños en función a lo que necesita, sea coherente y prioritario. Los pequeños exigen muchos a sus padres pero ellos deben entender que Los Reyes Magos y Papá Noel deben repartir muchos regalos a todos los niños del mundo y no hay para todos.
La abundancia de los regalos en Navidad es desfavorable para los niños puesto que hacen de ellos niños sobrestimulados perjudicando así su maduración personal. Al darle todo de golpe desde que son pequeños se convierten en niños inmaduros e insaciables.
Además, los excesos de regalos provocan en el pequeño sentimientos de avaricia y capricho que progresivamente irá aumentando si no lo controlamos. Son los padres los que tienen que enseñar a los niños a valoran lo que tienen a pesar de que sea poco.
Por eso, menos regalos y más tiempo de calidad con nuestros hijos. No dudes en abrazar, besar y decirles a tus pequeños todo lo que les amas.
¿Qué mejor regalo puedes tener que un beso de tus niños o un “te quiero”? Cualquiera de esas cosas tiene un valor incalculable, no hay dinero en el mundo para poder pagarlo.
